En mi entrada anterior – escueta y
desesperada – os cuento que he hecho napolitanas. Y hoy - ¡por
fin! - os voy a poner la receta. Son las napolitanas definitivas.
Tienen el sabor que todos esperamos de una napolitana, son cremosas,
jugosas y crujientes... brutales.
La receta la he sacado de un libro
sobre panes y otras masas que me regaló mi novio estas navidades. He
de decir que no es una enciclopedia, y si no tienes algunos
conocimientos anteriores puede que haya conceptos que te sean
extraños. He hecho ya algunas recetas, y excepto el roscón de
reyes, han salido todas deliciosas – pan rústico, fougasse,
muffins ingleses...
Las napolitanas son
algo que, a pirori, pueden darnos pavor porque creemos que es una
receta complicada de realizar. Todo lo contrario. No voy a decir que
se trata de una receta rápida porque, seamos sensatos, en la cocina
pocas cosas son rápidas. Pero creedme, de verdad que las
napolitanas son sencillas de hacer, solo necesitamos una masa leudada
hojaldrada de base y, después, un buen chocolate – porque claro,
estas napolitanas, como no, son de chocolate.
Así
que, para la masa leudada
hojaldrada
necesitaremos:
- 250 g de harina tipo 55 (+ 40 para enharinar la superficie de trabajo)
- 5g de sal
- 30g de azúcar
- 1 huevo
- 10g de levadura
- 100 ml de leche
- 130g de mantequilla
y
las hacemos
así:
Mezclamos todos los ingredientes, excepto la mantequilla, hasta que
conseguimos una masa firme y lisa. Hacemos una bola y la dejamos
reposar en la nevera, tapada, durante 15 minutos.
Pasado este tiempo, la extendemos con el rodillo hasta formar un
rectángulo. En el centro de éste colocamos la mantequilla un poco
reblandecida – no fundida, ¿eh? - y plegamos la otra midat de la
masa. Extendemos otra vez la masa en forma de rectángulo y la
plegamos en tres. La envolvemos con un film transparente y la dejamos
en la nevera 10 minutos. Sacamos la masa una vez transcurrido este
tiempo y la volvemos a estirar, plegándola por la mitad, y luego en
tres. La envolvemos otra vez y la dejamos en la nevera otros 10
minutos más. Repetimos la operación mínimo 4 veces – cuanto más
repitamos estos pasos, más hojas tendrá la masa.
Si no vamos a utilizar la masa directamente, la guardamos en la
nevera hasta su utilización.
Y
aquí tenéis la masa leudada hojaldrada que para tantas cosas os
puede servir. Ahora, lo que nos interesa son las
napolitanas,
y nada más fácil que cojer la masa que acabamos de realizar y:
extenenderla hasta que tenga unos 5 mm de espesor. Cortamos en 5
partes la masa y disponemos, en cada una de ellas, el chocolate –
yo puse chocolate de postres y cuando salieron del horno estaba
deshecho... mmmhhh – y las envolvemos. Dejamos reposar en la
bandeja del horno, bien con papel vegetal, o bien con la bandeja
untada de mantequilla para que no se nos peguen las napolitanas. Las
pintamos con huevo batido y las dejamos reposar 2 horas. Unos minutos
antes de que transcurra este tiempo ponemos el horno a precalentar a
230ºC. Volvemos a pintar las napolitanas con huevo y las metemos en
el horno 15 minutos, hasta que estén doradas. Las dejamos reposar
cuando salgan, al menos... para que se enfríen un poco, y ¡a
disfrutar!
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